viernes, 26 de junio de 2009

COMO VENCER EL MIEDO




Haz lo mejor que puedas con la situación de tu vida, incluyendo aquellas oportunidades en las que no comprendes conscientemente ni tienes una directiva clara.

Estás aprendiendo a confiar en tí y a confiar en Dios.


Recuerda relajarte y ser paciente.
June 23, 2009
Amando Cada Día
John Morton
“Tu Eres las Bendiciones”



COMO VENCER EL MIEDO


"Te veo preocupado. Tienes algún problema?", pregunté a un compañero de trabajo hace varios años.

La respuesta que me dio fue tan sorprendente como interesante.

-"Es cierto", me contestó. "Hay algo que me está mortificando. Resulta que ayer me gradué de abogado"

-"Hombre, te felicito", le dije. "Lo que no comprendo es cómo eso te tiene apesadumbrado".

-"Mira", me respondió a modo de explicación, "si alguien me preguntaba ayer algo en materia de Derecho, yo podía contestarle: -déjame consultar eso con un profesor mío-, en cambio hoy ya soy un profesional, no un estudiante. Hoy tengo que saber la respuesta, y tengo miedo...".

Aquella extraña respuesta me hizo reflexionar. Pensé en las decenas de veces que habría tenido miedo mi amigo al ir a dar un examen de alguna materia. Y ahora que no tenía que dar más exámenes, también tenía miedo.

¿Será que siempre tendremos algo a qué temer?

La muchacha que se está casando...

El hombre que va a solicitar un empleo...

La joven que va a dar a luz...

La persona que entra en el consultorio de un dentista...

El que aborda un jumbo jet...

La madre que tiene un hijo enfermo...

El padre que no está seguro de ganar suficiente...

Miedo de vivir hoy, en estas circunstancias... Y miedo de morir mañana, en cualquier circunstancia. En ocasiones, miedo de que nos vean. En otras, de que no nos vean. Miedo de decir "no". Y miedo a decir "sí".

En el Evangelio de San Mateo, capítulo 24, versículos del 37 al 44 el Señor Jesús habla de ese enemigo tan común y tan presente como es el miedo. En una de sus frases nos dice que habrá momentos en que "los hombres se quedarán sin aliento por el miedo, pensando en lo que se le viene encima al mundo...".

Sin embargo, el Evangelio también dice que en medio del miedo, el hombre "lo verá venir a Él con gran poder y majestad". Y dice lo que tenemos que hacer, con miedo y todo: "pónganse derechos y alcen la cabeza, que se acerca su liberación", (Lucas 21,28).

El profesor Antonio Cuello, admirable dominicano contemporáneo, tiene una frase feliz que dice: "El mayor enemigo del hombre es el miedo. Pero hay algo a lo que el miedo teme: La confianza en Dios".

El concepto "no tengas miedo" aparece 365 veces en la Biblia. ¡Una por cada día del año!.

Cuando el Señor se hace presente... y cuando el hombre se pone derecho y alza su cabeza... el miedo desaparece.

¿Cuál era tu miedo hace dos minutos?

Dios no quiere que tengas miedo, ¡quiere que tengas FE, Descanses en Él y ames!

Desconozco el Autor
Enviado por: Lic. Consuelo Lozano
June 26, 2009 3:38 PM


No puedes subir la escalera si ignoras algunos de los peldaños. Tienes que subir y experimentar cada uno de ellos. Los que evitas, se convierten en tus lugares de detención, tus lugares de contracción.

No puedes seguir hasta que tengas el valor para pararte en cada escalón y al amarlo, te elevas.

June 25, 2009
Amando Cada Día
John-Roger con Paul Kaye
“Momentum, Dejar que el Amor te Guíe - Prácticas Simples para la Vida Espiritual”


Una vez que has completado el sendero que recorres y ya no ves Luz frente a tí, detente y ve hacia adentro. Recarga la batería. Los ejercicios espirituales y la meditación te van a dirigir de nuevo hacia la estabilidad de la vida espiritual.

June 26, 2009
Amando Cada Día
John-Roger
“Sabidurías de Todos los Tiempos”

jueves, 4 de junio de 2009

MOISES EL PASTOR

Debido a la crisis económica mundial que se refleja en modos particulares en nuestros respectivos entornos, a veces me había sido difícil permanecer motivado, con fe, en la esperanza y en el amor, hasta que me dí cuenta de que en realidad nada se desperdicia y no porque mi jefe o mi familia o mis compañeros de trabajo o amigos, no apreciaran lo que hago, yo debería dar menos de lo que puedo y debo dar, pues Dios y la creación siempre me devolverán al 100 por uno lo que haga.
Luego que comprendí esto, me resultó un poco complicado compartirlo e inspirarlo en quienes me rodean, cuando por alguna razón venían a mi dolidos o desanimados por alguna situación.

Esta reflexión es muy simple y clara.

Definitivamente todos tenemos algo que nos hace únicos y que dado con todo el corazón será aceptado de igual manera, devolviéndonos a cambio amor, gozo, paz, armonía, abundancia y prosperidad.

Espero les guste e inspire tanto como a mí.

Saludos.

Agustín Delgado Ferrara



MOISES EL PASTOR
por Michael Berg

Cada noche, cuando duermo a mi hija Miriam, me pide que le cuente una historia. Hace algunas noches le conté ésta. La he leído muchas veces antes, sin embargo, me impactó como nunca. La historia es acerca del Baal Shem Tov, un alma grandiosa y una persona justa, a quien se le habló por inspiración divina acerca de un individuo cuyo trabajo espiritual era más grande que el suyo. Su nombre era Moisés el pastor.

El gran maestro estaba deseoso de conocer a esta persona, así que juntó a algunos de sus estudiantes, subió a un carruaje rumbo al pueblo, no muy lejos de ahí. Al llegar, vieron a Moisés al aire libre, rodeado de su rebaño. Mientras que sus animales pastaban, él levantó la vista al cielo y le gritó a Dios, “Me has dado tantas bendiciones en la vida. Te amo tanto. Desearía que hubiera alguna manera de corresponderte”.

Moisés se arrodilló. “Tú sabes que soy un hombre sencillo. No sé leer ni escribir. No sé rezar. No puedo estudiar. No puedo enseñar”, alegaba, “pero tengo un silbato de pastor ¡y sé cómo hacerlo sonar! Espero que puedas aceptar esta acción”. Se levantó y comenzó a soplar su silbato con todas sus fuerzas. Después de 45 minutos, Moisés se dejó caer, exhausto. Se quedó recostado ahí por largo rato, y una vez que hubo recuperado sus fuerzas se dirigió al cielo y dijo: “Deseo servirte. Sabes que soy una persona simple, no hay mucho que sepa hacer. ¡Pero sé bailar! Espero que puedas aceptar esto”.

Y entonces Moisés empezó a bailar con todos sus bríos, por 30 minutos hasta que literalmente se colapsó. Una vez más, se quedó tirado por un rato recobrando su energía. Finalmente, volvió a levantarse y gritó: “Quiero darte algo, pero no tengo nada. ¡Pero sí tengo un centavo en mi bolsa! Por favor acepta esto de mi parte”. Arrojó la moneda al cielo con todas sus fuerzas, y de la nada, salió una mano celestial para atraparla.

El Baal Shem Tov se dirigió a sus estudiantes con una sonrisa. “Toda la vida pensé que sabía lo que era el trabajo espiritual. Ahora me doy cuenta que ni siquiera había empezado a entender”.
Muy a menudo disminuimos nuestro propio valor cuando nos decimos subconscientemente: “No estoy en ese nivel aún. Quizá dentro de un año, después de que haya realmente trabajado en mí y crecido, entonces mi trabajo será importante. ¿Pero ahora, qué puedo hacer que sea grandioso?”.

Este pensamiento proviene del lado negativo. Como nos muestra esta historia, cualquier persona, en cualquier momento, puede hacer las cosas más grandiosas, siempre y cuando se entregue completamente. Ahora mismo hay algo que cada uno de nosotros podría hacer, que sería más poderoso que cualquier cosa que llevara a cabo la persona más justa, contando con que pusiéramos todo nuestro esfuerzo en ello. Esta semana, saca esas dudas de tu mente y continúa entrenándote para pensar: “¡Puedo hacer algo grandioso ahora mismo!”.

Michael Berg es co-director del Centro de Kabbalah, así como autor, estudiante y maestro.