lunes, 9 de julio de 2007

SIEMPRE HE SIDO UN BUSCADOR

SIEMPRE HE SIDO UN BUSCADOR
por Agustín Delgado Ferrara

Los que me conocen saben que hace muchos años tuve la fortuna de dejarme encontrar por el Señor Jesucristo en un encuentro que marcó mi vida. Sin embargo, mi mundo interior poco permitía que su Espíritu y su Amor se movieran libremente en y a través de mi. Había dudas, incertidumbre, expectativas no cumplidas, ansiedad, juicio (hacia mi mismo y los demás), prejuicios, temores y miedos, etc. Todo un conjunto de ideas, creencias y emociones que prácticmante me impedían tener libertad, fe operante, amor hacia mi mismo y por lo tanto hacia los demás, claridad de pensamiento en concordancia con mi conciencia, y paz muy a pesar de que tenía contacto con el Señor de señores y el Rey de reyes pues como Su amor es tan grande respeta nuestro libre albedrío.

En estas fechas, hace dos años, sucedieron cosas y situaciones que atrajeron lamentables pérdidas en mi vida. Así, en medio de una gran crisis emocional, social, económica y profesional, que puso en juego todo lo que sabía y pensaba acerca de mí y que incluso puso en juego mi fé, alguien vino y me dijo que para lograr recuperarme y recuperar "la vida" tenía que conseguir la paz, la armonía y la compasión (donde compasión significa AMOR INCONDICIONAL). Algo sumamente imposible para mi en esos momentos.

Fue así como me invertí en tratar de recuperar la paz, para lograr armonía conmigo mismo y con mi entorno y conocer esa dimensión de compasión... de amor incondicional. Regresé a las Sagradas Escrituras y a la oración, pero observé cómo se generaba mas ansiedad por una resistencia desde mi interior que nacía de la incongruencia entre mi sistema de creencias y mi estructura de pensamiento, algo que en realidad no era nuevo pues siempre me había sentido dividido. Lo nuevo era que después de mas de 20 años de vida católica carismática practicante pude reconocerlo.

Seguí buscando. Yo quería recuperarme y encontrarle sentido a mi vida.

Para mi eso era cuestión de vida o muerte.

Asistí a talleres, cursos y terapias. Tomé un curso de reingeniería en donde tuve la oportunidad de revisar profundamente y con detenimiento mis valores y mi sistema de creencias para luego hacer una serie de ajustes y cambios de hábitos. Me abrí a toda clase de información. Dejé de pensar en función de si era "bueno" o "malo" (juicio y/o prejuicio), me enfoqué en ver si "me servía" o "no me servía" para lo que yo quería lograr.

Así pasé un año y medio... muy interesante.

De las primeras cosas que aprendí y me dí cuenta fué que durante mi vida había estado buscando la armonía, la paz y el amor fuera de mi y que toda la vida los había tenido conmigo mismo. Pero en mi interior había un gran torbellino de confusión, juicios y prejuicios que me impedían tener acceso a ello.

Luego me di cuenta de que si no lograba obtener estabilidad emocional y armonía, seguiría atrayendo hacia mi la misma clase de fracasos y desgracias que había estado viviendo. Y por supuesto que yo no quería seguir en ese ciclo vicioso sin fin.

Mas tarde comprendí de que yo era el único responsable de todas las desgracias que me habían sucedido. Eso me dió cierta "tranquilidad" pues si yo había creado todo eso también podía remediarlo. Pero ¡¿Cómo?!

Ya un poco mas tranquilo, vino a mi la oportunidad de aprender una técnica espiritual que me permitió iniciar un proceso de sanación interior. Sin embargo, aunque es muy efectiva, no había resuelto esa "división" interior que sentía y que me generaba un sentimiento de incongruencia entre lo que creía, pensaba y hacía, generando toda clase de angustias, miedos y temores.

Dicen que "cuando el alumno está listo, aparece el maestro". En una de las reuniones del Grupo de Maximización (el grupo de reingeniería) llegó Madhavi (nombre en sánscrito que significa Amor Incondicional), una agradable y gentil maestra Ishaya, para darnos una charla acerca de la experiencia de la Ascención de los Ishayas. Lo que nos compartió fue tan agradable y refrescante que casi no lo podía creer. ¡Eso era lo que yo necesitaba!

Pero, (y este es el "pero" que a veces hecha a perder todas las cosas) aún y a pesar del trabajo que había estado realizando por mi recuperación, yo estaba muy instalado en mis prejuicios. Así que de inmediato me vino un gran temor a traicionar mi "fe". Una cosa es que yo tuviera una crisis de "fe" y otra muy diferente era traicionarla deliberadamente. Investigué en internet y en algunas otras fuentes, pero la información que recolecté no era mas de lo que ya nos había compartido Madhavi en aquella reunión.

Dejé pasar un tiempo, pero cada día que pasaba me atraía mucho conocer la Ascención de los Ishayas.

Sentía fuertemente desde mi interior que ahí había algo para mi. Así que con mucho temor y temblor, me dí el permiso de explorarlo y fuí al curso, el cual pagué con un dinero que pedí prestado porque acababa de perder mi empleo (ojo).

Que sorpresa y qué bendición. Efectivamente desde la primer sesión mi vida fue otra.

Hoy me siento muy agradecido porque casi desde el primer día:
-me recuperé a mi mismo: logré obtener la paz, la armonía y el amor incondicional;
-recuperé mi fé cristiana y esta dejó de ser una serie de dogmas para convertirse en la mas luminosa de las realidades;
-estoy recuperando, de lo que perdí, lo que considero importante y esto se está dando sin ningún esfuerzo;
-estoy logrando reconciliación en relaciones que parecían irreconciliables;
-mis relaciones personales son sanas, comprometidas y de una gran calidad humana;
-soy próspero. Vivo en un entorno muy convulcionado pero permanezco en paz y libre del stress;
-mi salud se ha consolidado y eso se refleja sensiblemente en mi cuerpo;
-soy un hombre pleno y feliz, tengo el potencial creativo para lograr mis deseos y proyectos y cuento con una claridad mental cada vez mayor.

Cuando estuve en medio de la gran angustia y dolor emocional, me prometí a mi mismo y a Dios que si salía de eso me convertiría en un facilitador para que otros pudieran sanar su vida (dolor) emocional. Debido a ese compromiso es que hoy te comparto esto y te invito a que te des la oportunidad de conocer la Ascención de los Ishayas. Abajo te paso información sobre los próximos cursos y sobre las técnicas que se enseñan. Algo muy importante es que la Ascención de los Ishayas no es un sistema de creencias, es una actitud hacia la vida.

Te mando un fuerte abrazo.

Agustín Delgado Ferrara



Aprende las técnicas de Ascención de los Ishayas



Las técnicas de los Ishayas son una serie de actitudes simples y profundamente efectivas que nos permiten elevarnos más allá del estrés y las creencias autolimitantes



* NO ES UN SISTEMA DE CREENCIAS *



PRIMERA ESFERA

Técnica de Alabanza; Sana el estrés en nuestra experiencia subjetiva de la vida.

Técnica de Gratitud; Sana nuestra relación con el mundo objetivo.

Técnica de Amor; Sana nuestra relación con el origen, aumenta nuestra autoestima.

Técnica de Cognición; Sana nuestra relación con el resto de la humanidad.


Las Actitudes de Ascensión:

Semillas de Expansión



La vida del adulto promedio está llena con innumerables formas de estrés y ansiedad, experimentando solo los más breves momentos de gozo y contentamiento. Por mucho, la mayoría aceptamos este como el estatus de la vida en la tierra; como el “así son las coasas “. Pero el número de aquellos cuyos corazones ya no pueden aceptar más el vacío de estos patrones mundanos y repetitivos está creciendo rápidamente. Esto ha llevado a un gran número de personas a sinceramente buscar un significado más profundo, paz y plenitud.



Muchos recuerdan momentos en sus vidas donde todo el estrés y la negatividad se hundieron y en su lugar surgió el asombro absoluto de expansión, gozo y tranquilidad. Aún cuando estos momentos son comúnmente breves, graban una impresión duradera en el sistema nervioso. El cimiento de las fronteras y límites huecos es sacudido; uno es por siempre cambiado y la experiencia nunca es olvidada. Pero, demasiado rápidamente, la vida regresa a lo que era antes, dejándolo a uno añorando el volver a visitar las profundidades que desde entonces han estado envueltas en el pantano de los incesantes pensamientos y hábitos. El volver a visitar aquellos breves momentos de expansión parece estar más allá del control consciente. Uno se siente como una hoja, desamparadamente empujado por el viento.



Muy dentro de cada uno yace la más grandiosa fuente posible de felicidad.

El hecho de que una gran cantidad de personas ignoren o no crean esto no lo hace no verdadero. El sol brilla ya sea que el día este nublado o no. Similarmente el gozo y la paz son una realidad ya existente dentro del corazón de uno. Más frecuentemente que no, la experiencia de este estado de estrés está nublada por la identificación y adicción con los pensamientos, sentimientos y emociones de la mente y el cuerpo. Esta identificación/adicción es un hábito que consistentemente jala nuestra conciencia hacia fuera y lejos del tranquilo e ilimitado Ser interior y dentro del tumulto de cambios incesantes. Para regresar a nuestro estado natural libre de estrés uno necesita solamente ir más allá de las fronteras y limitaciones de la mente. Entonces, naturalmente la experiencia de esta presencia subyacente de Divinidad automáticamente comenzará a transformar la vida.

Aun cuando el despertar a la Divinidad es posible para cualquiera, en cualquier momento, en cualquier lugar; sucede raramente sin las herramientas y guía apropiadas. Tiende haber una incertidumbre o carencia de claridad acerca de exactamente qué elecciones o técnicas sirven mejor para la expansión de la conciencia. Las técnicas de Ascensión, no solamente hacen esta elección más clara, sino más fácil y sin esfuerzo. El área gris de incertidumbre se vuelve en simple elección entre blanco y negro. El camino hacia la expansión más allá de limitaciones y estrés es revelado.

La mente, junto con el resto del sistema nervioso, es impactada con cada experiencia que ha tenido. A través de la repetición estas impresiones forman hábitos de patrones de comportamiento limitado o surcos. Cuando uno opera desde los cimientos arenosos de estos surcos predominantemente negativos, la experiencia de la vida tiende a ser menos que gozosa o expansiva. Cada experiencia es encajonada en los angostos confines de la percepción limitada. Aún cuando estos hábitos tienden a ser inconscientes, la evidencia de ellos sale a la superficie en forma de juicios. Los juicios son la expresión de la perspectiva limitada y un hábito que nunca nos traerá plenitud. Revertir este hábito de nuestra vida no necesita ser difícil. En vez de intentar eliminar lo negativo necesitamos solamente elegir lo positivo. Y al hacer esto, la negatividad empieza a disolverse graciosa y automáticamente.



Alabanza

Alabanza es el reconocimiento de la perfección absoluta de lo que es. Las fronteras de los juicios y limitaciones rápidamente comienzan a disolverse en la luz todo benevolente de esta, la primera Actitud de Ascensión. Esto es así porque la Alabanza se mueve en la dirección opuesta del condenar. Mientras que los juicios contraen y limitan, la Alabanza expande nuestra conciencia hacia lo ilimitado. Las semillas del condenar brotan en medio, ansiedad y estrés; mientras que expansión, gozo y paz son los frutos que florecen desde la simple alineación con la Alabanza.

Alabanza empieza a contrarrestar una de las más profundas creencias limitantes: la creencia de que de alguna manera algo está mal con nuestras vidas. Esta creencia innecesaria es la fuente desde la cual brota toda miseria. Es la espina que perpetúa el profundo sentimiento de dolor y vacío. Al remplazar este juicio, la semilla de dolor y limitación, con la Alabanza, la semilla del gozo y la expansión, la vida se transforma rápida y dramáticamente. A medida que los dramas y estreses de la mente se evaporan, la vida es vivida más plena e inocentemente en el momento presente. Tal vez la forma más elevada de Alabanza hacia algo o alguien es el regalo de la presencia conciente de uno.



La Alabanza es el cimiento de todas las Técnicas de Ascensión. Causa una grieta en la presa de limitaciones del ego, permitiendo que la Gratitud, el Amor y en última instancia la Compasión nos inunde desde el centro mismo de nuestro ser. Pero es ésta, el Centro de nuestro propio ser, del verdadero Ser, donde es la más preciosa de todas las gemas. La realización de lo que no solamente es la máxima meta de la Ascensión, sino de la existencia misma.

Vivir la vida desde la conciencia consciente de esta Presencia ilimitada, sin tiempo, equivale a la verdadera libertad.



Gratitud

La Gratitud se eleva como la respuesta natural al reconocimiento de la belleza y la expansión. Fluyendo naturalmente debido a la Alabanza, esta, la segunda de las Actitudes de Ascensión, empieza a contrarrestar las posiciones de juicio a través de las que uno ve el cuerpo y el resto del universo relativo. Cuando tales posiciones son mantenidas dentro, son sucesivamente proyectadas hacia el universo. Esto lleva a la ilusión de “el mundo como `yo´ lo veo” en vez de “el mundo como es”.

Los filtros de la percepción limitada a través de los cuales uno percibe un mundo necesitado de Dios, empieza a disolverse a medida que la puerta hacia la Gracia es abierta. Esto permite a la Divinidad tomar el lugar de profundamente arraigadas posiciones de juicio y negatividad. Con la disolución de los programas mentales ilusorios, el mundo es una vez más experimentado en la inocencia y el gozo de la conciencia consciente.



Amor

El amor es el sustrato del ser mismo de uno. Del mismo modo que una joya preciosa pasa desapercibida por estar cubierta con lodo, el reconocimiento de la presencia del verdadero Amor incondicional rara y brevemente brilla entre las turbias capas de posiciones mentales y programas. Alabanza y Gratitud empiezan a disolver esta niebla de ignorancia creada por la mente, de esta manera permitiendo a la radiante luz del Amor resplandecer.

Mientras que haya cualquier sentido de la separación con el Uno Ascendente habrá dolor, miedo, vacío y sufrimiento. Inherente a este sentido de separación tiende a haber una profunda sensación de falta de valor. A medida que la Actitud del Amor disuelve este último bastión de los programas limitantes del ego, uno comienza a reconocer su ya existente unidad con la Fuente-de-Todo-lo-que-Es. A medida que la separación se derrite en la luz de la Verdad, la ilusión del dolor y el sufrimiento se marchitan desde sus mismas raíces. A través del poder todo transformador del amor, la vida comienza de nuevo.



Compasión

La Compasión es el estado natural del ser para uno quien fluye en armonía con Alabanza, Gratitud y Amor en cada momento. Todas las actitudes de Ascensión son como rayos de luz brillando desde el Ser. Todos los vestigios de miedo, juicios y dudas, se disipan a medida que uno sigue estos rayos de luz de regreso a su Fuente. Aquellos quienes viven en constante contacto con la Fuente son los faros de Verdad de la humanidad. Tales almas personifican ejemplos perfectos de Compasión. Desde la cima de su propia iluminación dirigen a otros más allá de los límites huecos de la mente para que ellos también puedan despertar del sueño de sufrimiento. Esta es Verdadera Compasión, ya que la Verdadera Compasión siempre busca elevar la conciencia del menos evolucionado.

La Compasión se expande sin esfuerzo cuando la conciencia se expande. A medida que uno crece en conciencia, la Compasión toma el lugar del juicio; primero hacia uno mismo y al final hacia todas las cosas. Esto es así porque toda la vida ha comenzado a ser vista como una parte del mismo Divino. Al igual que las otras tres emociones Ascendentes, la Compasión irradia hacia fuera, a todas las cosas vivientes, tan sin esfuerzo como la fragancia desde una flor. Todo es sostenido por esta Presencia transformadora. La Actitud de la Compasión contiene en forma de semilla la esencia la Primera Esfera.

Cualquiera de las primeras cuatro Actitudes de Ascensión pueden ser aplicadas sin esfuerzo en la vida ordinaria desde donde quiera que uno esté y en medio de lo que sea que uno esté experimentando. Una nueva cosecha está naciendo al plantar una nueva semilla. La vida florecerá en formas profundas y milagrosas para aquellos quienes son los suficientemente sinceros y dispuestos a darle a esta Enseñanza oportunidad. Es el viaje más valioso y gratificante al que uno puede comprometerse. Después de todo, la Ascensión no le da a nadie nada que no tenga ya. Alabanza, Gratitud, Amor y Compasión están entretejidos en la tela misma de nuestro ser. Así que la práctica de las Técnicas de Ascensión realmente solo está alineado con lo que ya está inherentemente dentro. A medida que estos antiguos senderos son avivados, el rápido movimiento de la corriente de la evolución de la conciencia jala al alma buscadora más lejos, Hacia su Hogar en el océano ilimitado del Uno.

“La vida fue hecha para ser vivida en gozo eterno, libertad infinita, amor incondicional y conciencia ilimitada. Cualquier cosa menos que eso te está haciendo perder completamente el objetivo de haber nacido humano”.

- Maharishi Sadashiva Isham –